Dicen que las antiguas mujeres de mi familia
eran meigas
preparaban pócimas con retama negra.
Hay que hacer un nudo con las ramas
para pedir un deseo.
Robaban óleo santo
para ver a los muertos
curaban el mal de ojo
y el dolor de la envidia.
El ojo de venado protege
y el ámbar
y los talismanes.
(Poema inédito, Cynthia Matayoshi)